Mi experiencia como paciente

La psicología y la psicoterapia no son sinónimos de "estar loco". Por una parte, las etiquetas están de más, pues cada persona es única y la enfermedad no determina a una persona. Un paciente tiene sarampión y otro tiene depresión. La enfermedad es una realidad pero los diagnósticos no definen a la persona. Ni siquiera dos personas con sarampión evolucionan de igual manera. Ni mucho menos dos depresiones se parecen. 

Ambos casos, el sarampión o la depresión, pueden tener una evolución positiva y la persona podrá seguir por la vida, aceptando que tuvo un evento y que si bien esta  situación difícil pudo haber cambiado su realidad,  esto no determina ni su presente ni su futuro.  Con esto aclarado, ahora sí, vamos a relativizar aún más la locura...

En una sociedad como la actual es posible pasar desapercibido y ser funcional, por lo menos en apariencia.  Por ejemplo, muchas personas pueden estar camuflando su angustia o su ansiedad con un comportamiento compulsivo. Algunos trabajarán demasiado, otros compraran objetos que no necesitan y otro grupo de personas se aislará de su entorno buscando refugio en la tecnología.  

Estas personas pueden estar bien adaptadas a su entorno pero no por eso se sienten del todo bien. Porque aunque no haya un espacio donde sentimos que algo falla, que algo falta, que necesitamos sanar. Es por eso que se ha dicho muchas veces, que encajar en una sociedad enferma no es sinónimo de salud mental. 

La psicoterapia es básicamente un camino hacia un mayor bienestar, hacia una sanación (terapia) espiritual (psico). Por eso la psicoterapia es útil tanto para personas que sufren un grave malestar psicológico como para todos los llamados "normales".

Mi experiencia: 

Cuando yo tenía 13 años mi mamá pensó que yo podría necesitar ir a un psicólogo, para así poder enfrentar la reciente muerte de mi padre. Entonces me hizo la pregunta ¿Quieres ir a terapia?

Yo no sabía mucho de psicólogos o psicoterapeutas y sin embargo decidí inmediatamente que no  deseaba ir, pues temía ser etiquetada de "loca" o por lo menos temía demostrar que yo podía necesitar ayuda para organizar mi vida. Temía no ser "normal". Y ahora me río pensando, ¿Qué es ser normal en plena adolescencia?

Por suerte llegué finalmente a ser yo misma la consultante (o paciente o cliente). Recibí terapia por más de un año con el psicoterapeuta junguiano  Fernando Garlín, y lo hice porque recibir terapia es uno de los requisitos para ser certificada como psicoterapeuta ante el World Concil for Psychoterapy - Psicoterapistas Certificados.  Fue así que descubrí finalmente los beneficios de la psicoterapia:

La psicoterapia sirve básicamente para autodescubrirse, para reconocer que cada uno de nosotros (como bien lo dice el gato de Alicia en el País de las Maravilas) es un ser único e irrepetible y así está bien. Que no importa tanto la etiqueta de locura, sino reconocer que cada uno habita una realidad y desde allí puede uno aceptarse, personarse y sanar.  Finalmente todos necesitamos seguir avanzando en este proceso de ser esa persona única que estamos llamados a ser.  

Afortunadamente, pude conocer así estos dos enfoques: la Logoterapia y la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung. Estas escuelas invitan al terapeuta a realizar una aproximación  respetuosa al otro ser humano. En este contacto terapeútico se da  un encuentro de dos almas, donde  tanto el consultante, como el terapeuta se verán beneficiados en la mutua búsqueda del desarrollo personal. 

Soy Mónica Puentes 
Psicóloga especializada en Logoterapia y en Autobiografía Terapéutica. 

Estudié con el Doctor  Arturo Luna , 

quien fue a su vez discípulo de Viktor Frankl. 

Psicoterapeuta Certificada  por el World Council for Psychotherapy (Suiza).

Psicoterapeutas Certificados en Colombia

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