SANAR CON HILOS DE ORO - KINTSUGI
Todos sabemos que tarde o temprano la existencia nos confrontará con el sufrimiento inevitable. Si no encontramos un ¿para qué? Correremos el riesgo de caer en la desesperación. Según Viktor Frankl: La desesperación es el sufrimiento sin sentido.
Una vez que surge una herida es necesario llorar, claro que sí, porque duele, pero también hay que prepararse para empezar un proceso de restauración. Al igual que se restaura una bella y antigua obra de arte o una antigua porcelana. Primero se limpia, se sana el área que se dañó y se vuelve a embellecer, dándole un lugar al sufrimiento y resignificando lo ocurrido.
En Japón surgió hace muchos siglos una técnica para reparar la más fina porcelana, en la cual las partes que se habían quebrado eran unidas nuevamente con hilos de oro. Parece una idea tomada de un cuento de hadas, la idea de sanar las heridas de una fina y hermosa porcelana con hilos de oro. Hilos que permiten ver la fractura, que en lugar de disimularla, la evidencian y a la vez la embellecen.
Elegir afrontar el sufrimiento con un sentido, con un para qué, es la forma de ser responsables de nuestra vida, de nuestra actitud frente al destino adverso. Si logramos enfocarnos en la habilidad para restaurar y resignificar, seremos cada día más capaces de sortear la adversidad del día a día.
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| Desesperación |
Restauración
Si logramos darle un sentido o un propósito a cada dolorosa vivencia, podremos unir de nuevo las partes y embellecernos a pesar de lo ocurrido.Una vez que surge una herida es necesario llorar, claro que sí, porque duele, pero también hay que prepararse para empezar un proceso de restauración. Al igual que se restaura una bella y antigua obra de arte o una antigua porcelana. Primero se limpia, se sana el área que se dañó y se vuelve a embellecer, dándole un lugar al sufrimiento y resignificando lo ocurrido.
Resignificar:
Resignificar no es negar. La herida seguirá allí, pero habrá tomado un para qué, un sentido, un propósito. La cicatriz revelará, que hemos sufrido, que hemos tenido fallas, fracturas, quiebres, que estamos en proceso y eso está bien, porque las heridas son parte de nuestra historia y tienen una razón de ser.
Si les damos un sentido, un significado, entonces nos harán incluso más valiosos de lo que eramos antes de ser heridos. Al darle sentido al sufrimiento, la tragedia vivida se puede convertir en un triunfo personal. Seremos como la porcelana reparada con la técnica del Kintsugi, seremos más exclusivos de lo que éramos originalmente.
Si les damos un sentido, un significado, entonces nos harán incluso más valiosos de lo que eramos antes de ser heridos. Al darle sentido al sufrimiento, la tragedia vivida se puede convertir en un triunfo personal. Seremos como la porcelana reparada con la técnica del Kintsugi, seremos más exclusivos de lo que éramos originalmente.
Kintsugi
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| Mi propio proyecto - Kintsugi - Reparando una antigua porcelana de Baviera |
Sufrimiento inevitable
La vida acarrea un sufrimiento, que es a inevitable. Todo ser humano tiene la certeza de enfrentarse a la pérdida de algún ser amado, a la enfermedad, al fracaso, entre otros. Aunque no podemos evitarlas, somos libres de decidir cómo responder a la vida. Si logramos convertirlas en aprendizajes y dotarlas de sentido, estas vivencias pueden convertirnos en seres más íntegros.Libertad
Elegir afrontar el sufrimiento con un sentido, con un para qué, es la forma de ser responsables de nuestra vida, de nuestra actitud frente al destino adverso. Si logramos enfocarnos en la habilidad para restaurar y resignificar, seremos cada día más capaces de sortear la adversidad del día a día.
VISITA MI WEB, Soy Mónica Puentes
Psicóloga, Logoterapeuta, Especializada en Autobiografía Terapéutica.
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