Miedo a sentir, el exitoso caso de Pinocho

"Acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales porque ese es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, desconcertante y emocinante"
Carl Rogers 



miedo a sentir
Emociones


Estar vivos es permitirse sentir 


Desde pequeños aprendemos a valorar cada momento de felicidad, pero sin darnos cuenta empezamos a  rechazar otro tipo de emociones.  Frecuentemente escuchamos frases dirigidas a los niños del tipo: No te enojes!  No llores! Sin darnos cuenta aprendemos a reprimir emociones como la rabia, o  la tristeza e incluso nos culpamos por no estar siempre felices o positivos.

Pretendemos estar bien, mostramos  a otros nuestra felicidad y nuestros logros. Pero eventualmente descubrimos que hemos estado construyendo una máscara y hemos perdido contacto con nuestras verdaderas emociones.  

Estar vivos es  permitirse sentir  incertidumbre, miedo, altibajos que nos permiten crecer y aprender. En contraste, la máscara de felicidad se vuelve cada día más rígida e inflexible. Nos volvemos como Pinocho, un muñeco de madera, bastante funcional, capaz de hablar, bailar y festejar pero incapaz de sentirse del todo vivo. 

Es por eso que en su versión original, Pinocho al final del relato, obtiene el privilegio de ser un niño de verdad, una vez que demuestra que es capaz de sentir amor y compasión por su Padre y gratitud por el Hada Azul. El premio es convertirse en un niño de verdad, un niño que aprende a asumir la responsabilidad por su aciertos y sus errores incluso si esto significa sufrir. 


Las emociones son transitorias y está bien ser vulnerables


Las emociones son transitorias, vienen con intensidad para darnos algún tipo de solución adaptativa y luego se van. Ocurren dentro de una lógica y tienen un motivo más profundo. Si nos permitimos sentir y observamos estas emociones que nos sacuden,  podremos ver lo que nos revelan sin que nos desborden, sin que nos lleven a actuar erráticamente. 

El miedo a sentir es el miedo a realizarnos como seres emocionales, sentir no es bueno ni malo, sentir es estar vivo. emociones están ahí para revelarnos que estamos vivos, que estamos conectados a los demás seres vivientes. Sentir no es sinónimo de debilidad, por el contrario, evadir las emociones nos vuelve más vulnerables a quebrantarnos en el momento en que alguna emoción fuerte nos confronte.

Al conectarnos con nuestras emociones y tomarlas como procesos naturales que nos permiten crecer podremos construir un verdadero vínculo con quienes nos rodean y evitar que nuestra vida sea un simple baile de las marionetas.


VISITA MI WEB, Soy Mónica Puentes 
Psicóloga, Logoterapeuta, Especializada en Autobiografía Terapéutica
 Psicoterapeuta ante el World Council for Psychotherapy (Suiza).


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