Muerte, culpa y sufrimiento


sufrimiento
Sufrimiento y transformación

Nadie desea sufrir. Sin embargo, la vida nos confronta con situaciones dolorosas. Si permitimos que estas experiencias nos transformen positivamente, nos ayuden a crecer, a conocernos mejor, a ser mejores personas, lo sufrido no habrá sido en vano.


Frankl enumera tres situaciones en la vida de todo ser humano:


Triada Trágica de la Logoterapia


1. El sufrimiento
2. La culpa
3.  La muerte


1. El sufrimiento 


El sufrimiento puede ser evitable o inevitable.  Si es  evitable, es nuestro deber responder cambiando la situación que nos aqueja. Por ejemplo, cuando éramos niños aprendimos a dejar de sufrir cuando elegíamos un helado y no otro. Aprendimos que decidir una opción es renunciar a la otra opción. Así mismo, hay situaciones ante las cuales sufrir es una opción y nuestro deber es evitar ese sufrimiento innecesario.

Por otra parte, hay situaciones ineludibles, que nos fuerzan a sufrir como puede ser la realidad de una enfermedad.  Ante estas adversidades, solo nos queda la libertad de decidir cómo responder.

Podemos escapar, negar, o autocompadecernos. Todo esto aumenta nuestra angustia. O podemos aceptar que nos duele,  porque es una  realidad ineludible de la vida misma que nos implica ciertos sufrimientos. Y desde es ese contacto con el dolor podemos  tomar una actitud responsable y hacernos las siguientes preguntas:

- ¿ Por qué me ocurre esto a mí?
- ¿Qué sentido tiene esto para mí?
- ¿Que hago con esto, como puedo afrontar esta situación?

Al responder a estas preguntas empezaremos a disminuir la desesperación porque estaremos dando un sentido, un "para qué" al sufrimiento.

2. La culpa


La culpa es una invitación a la liberación. De pronto podemos restaurar aquello que hicimos y que nos hace sentir culpables. Si no podemos modificar los hechos que la originaron, por lo menos podemos perdonarnos a nosotros mismos por haber actuado en contra de nuestros propios valores. 

En lugar de sentir culpa, la idea es aceptar que somos responsables de nuestros hechos y que estamos arrepentidos. Así,  podemos ver en nuestras fallas una oportunidad para perdonarnos y prever errores futuros.

3. La muerte 


Por su parte, la muerte es el destino de todo ser humano y es por eso mismo una invitación a vivir la vida de la mejor manera posible.

La realidad de la muerte es una invitación a aprovechar el tiempo que estamos vivos y encontrar el sentido hasta el último suspiro.

Soy Mónica Puentes 
Psicóloga especializada en Logoterapia y en Autobiografía Terapéutica
Estudié con el Doctor  Arturo Luna 
quien fue a su vez discípulo de Viktor Frankl. 

Psicoterapeuta Certificada  por el World Council for Psychotherapy (Suiza).
Psicoterapeutas Certificados en Colombia

 Puedes contactarme:
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Bogotá

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