Pareja: Sexo y alma


sexo y alma


En el encuentro sexual, se realiza un descubrimiento mutuo que trasciende lo físico


No solo se revelan los misterios que estaban ocultos bajo la ropa, también se destapan las emociones y se establece un contacto desde lo más profundo del ser. 

Reducir la sexualidad al nivel biológico es ignorar su potencialidad. Si la sexualidad se observa solo como una interacción corporal, se pierden de vista toda una serie de intercambios, que pueden ocurrir durante el sexo.

La división entre cuerpo y espíritu ha llevado a que la sexualidad se menosprecie, juzgándola como algo terrenal en contraposición a lo "sagrado".  Sin embargo, la sexualidad implica un encuentro de dos historias de vida y una oportunidad de generar el encuentro de dos almas. 

El acto sexual consensuado es un acto de fe y de confianza mutua. Se entra en la zona de la creatividad, del juego mutuo, de la sobre estimulación de los sentidos. En esta zona es posible liberarse de los temores, dejar atrás  las máscaras  y todo esto va a permitir al otro ver  en lo más profundo de nuestro ser.  La esencia del ser anhela ser vista, disfruta de sentirse expuesta y vulnerable y descubrir, que puede establecer un contacto íntimo en el que se siente  aceptada y valorada en su totalidad. 

Valorar la sexualidad en su verdadera dimensión es reconocer esta oportunidad de descubrir al otro y a la vez, al sí mismo reflejado en el otro.  Es un momento en el que se puede ser uno, ser dos, ser ninguno y los dos a la vez.   Es una paradoja porque es justamente en el contacto seguro con el otro se puede apreciar y valorar lo único de cada uno. 

Para lograr una intimidad es necesario observar y trabajar la propia capacidad para establecer contacto.

Habilidades que permiten una buena intimidad:

  • Ser capaz de escuchar y ver al otro
  • Ser capaz de dialogar en forma armoniosa en el lenguaje de las palabras y los  silencios, las caricias y los movimientos.
  • Superar el miedo a ser visto por el otro y permitirse estar expuesto. 
  • Superar el miedo interior a sentirse ignorado o rechazado.

La sexualidad es una meta humana que tiene fines de trascendencia. 


Detrás de la sexualidad están implícitos los anhelos, los deseos, fantasías y temores que revelan muchas más información del ser en el mundo que del mismo acto sexual. Conectar con la sexualidad, hablar sobre ella y sanarla es una forma de sanar el alma.

Si bien el alma puede ser un concepto muy ambiguo, en este artículo lo empleo desde la concepción empleada por Thomas Moore en su libro El alma del Sexo, Convertir cada día en un acto de amor.


Soy Mónica Puentes 
Psicóloga especializada en Logoterapia y en Autobiografía Terapéutica
Estudié con el Doctor  Arturo Luna 
quien fue a su vez discípulo de Viktor Frankl. 

Psicoterapeuta Certificada  por el World Council for Psychotherapy (Suiza).
Psicoterapeutas Certificados en Colombia

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